En 2020, en mitad de la pandemia mundial, durante el verano, la revista MAKMA lanza la primera edición de su premio internacional de carteles, con un tema central: Comunicación / Incomunicación, acompañado del siguiente texto:
Comunicar, anunciar, instruir, notificar, manifestar, transmitir. Incomunicar, ocultar, omitir, boicotear, enmudecer. Dos polarizadas temáticas tan antagónicas como radicalmente contemporáneas, a partir de las que reflexionar acerca del individuo y su entorno íntimo, social, cultural y político. Entorno sacudido (las circunstancias obligan) por una pandemia que este año nos ha forzado al confinamiento en casa. Es ahí, entre las cuatro paredes de nuestros hogares, donde más se ha puesto en evidencia la necesidad de comunicarnos, al tiempo que sufríamos la incomunicación. No es oportunismo, sino la oportunidad por antonomasia para reflexionar en torno a tan áspera experiencia, que nos ha conmovido a todos obligándonos, más que nunca, a repensar nuestras formas de vida. El cartel, que viene de muy lejos, se antoja como una de las mejores formas para sintetizar las múltiples contradicciones que nos asolan hoy en día.
Con este planteamiento, se presentaron al concurso estas tres propuestas junto al artista 3D y animador Jesús García Moreno
El del QR
Esta propuesta fue seleccionada y estuvo expuesta en la sala «Parpalló» del MUVIM de Valencia.
La propuesta busca exponer la fragilidad de las barreras idomáticas frente a las nuevas tecnologías. El cartel está en esperanto, pero a través del código QR, se accede a un traductor que permite leer su contenido en cualquier idioma.
Con este sencillo ejercicio, el cartel impulsa al observador a interactuar con él, y prueba que, cada vez más, lo único que necesitamos para comunicarnos es la voluntad de entendernos.
El de las ventanas
Esta imagen representa de forma alegórica la experiencia de una persona que ha experimentado el confinamiento encontrando el lado positivo a la situación.
La estancia se inspira en la sala de las puertas de «Alicia en el País de las Maravillas». En lugar de puertas se representaron ventanas, ya que durante el confinamiento podíamos asomarnos al mundo, pero no podíamos salir a interactuar con él.
Se representa un refugio con varias ventanas, cada ventana es completamente diferente, ya que se trata de una entrada de información del mundo exterior distinta. La muchacha que habita dentro elige qué ventanas deja abiertas y qué ventanas cierra.
La estancia no se representa agobiante, si no cálida e incluso con cierto aspecto de mundo de fantasía, ya que el confinamiento también permitió a muchos dedicarle tiempo a sus hobbies y a enriquecer su mundo interior.
EL de la videollamada
Esta propuesta representa una de las actividades más extendidas durante el tiempo de confinamiento para conseguir algún tipo de contacto de otras personas, las videollamadas.
En esta propuesta se plantea un espacio esquemático que representa ese acercamiento entre los dos hogares de los dos participantes de la llamada, que unen sus salones a través de un cristal.